17 jul 2013

Algunas reflexiones para saber qué pasa en los concursos

Sol Pedre (Consejera Directiva por la Minoría de Graduados)

El sistema de concursos determina el ingreso, la permanencia y la promoción de los más de 1500 docentes-investigadores de la FCEN.

En este sistema, los docentes auxiliares debemos concursar cada 3 años arrancando de cero cada vez: en el caso que otro postulante obtenga un puntaje más alto en  antecedentes o en la prueba de oposición el docente que venía ocupando el cargo puede perderlo, al margen del buen desempeño que haya tenido mientras ejerció el cargo o la cantidad de años que haya desempeñado sus tareas docentes. Tanto es así que los docentes auxiliares ni siquiera contamos con el derecho a indemnización [*1]. Al mismo tiempo, al no existir una política de generar nuevos cargos para jóvenes docentes e investigadores, la propuesta de las autoridades de la FCEN para que los jóvenes podamos ingresar al sistema es una feroz competencia entre compañeros, una suerte de “canibalismo”, donde el ingreso se da a partir de sacarle el cargo a otro compañero docente-investigador.

Esta situación se agrava dado que los docentes auxiliares tenemos muy poca ingerencia en cómo se deciden los jurados y en qué criterios se utilizan para las evaluaciones. Estos temas, así como la aprobación o impugnación de los dictámenes, se discuten y resuelven  en el Consejo Directivo, donde los docentes auxiliares estamos representados dentro del claustro de graduados -que tiene sólo 4 sobre 16 votos- mientras que los profesores cuentan con 8 de los 16 votos. Por otro lado, tampoco tenemos participación directa en los concursos, salvo a través de la función de veedores que tienen voz pero no voto en las decisiones.

Algunos criterios recientes en los concursos de docentes auxiliares


Los criterios aplicados en los concursos de docentes auxiliares no están definidos de forma clara, ni se mantienen a lo largo del tiempo. En cada concurso el jurado puede definir su propio criterio. Sin embargo, dado que los jurados son designados por el Consejo Directivo, se puede observar que en muchos concursos se repiten ciertos criterios que responden a la idea que tienen las autoridades de la FCEN del “perfil” para cada cargo. Esto último se refuerza particularmente para los concursos de dedicación exclusiva de JTP y Ay1º.

Últimamente, en varios concursos se han utilizado dos criterios distintos, aunque con efectos similares, que deberían ser al menos discutidos abiertamente: el uso de “ventanas” de evaluación y la saturación con pocos antecedentes.

El criterio de definición de una “ventana” para evaluar los antecedentes de los postulantes se refiere a tener en cuenta sólo los antecedentes que se encuentran en los últimos años, generalmente los últimos 3 o 5 años. Así se descarta de la evaluación a todo el resto, como si la investigación y la docencia desempeñada en todos los años anteriores no tuvieran ningún tipo de valor.

El criterio de saturación de los puntajes en los antecedentes resulta en un “achatamiento” de este aspecto en la evaluación de los postulantes. De esta forma, el resultado queda fuertemente sesgado por la prueba de oposición, en una evaluación donde se  menosprecian los antecedentes de docencia, investigación y extensión. El día de la prueba de oposición será el momento crucial, el resultado del concurso dependerá casi exclusivamente del desempeño que logremos en los 15 minutos que tenemos frente al jurado, sin importar el desempeño que hayamos tenido en nuestras tareas docentes a lo largo del tiempo. Además, la prueba de oposición es el ítem más subjetivo en la evaluación, donde mayores arbitrariedades podrían cometerse, y en el que es más sencillo “acomodar” los puntajes. 

Estos criterios utilizados últimamente en los concursos van a contrapelo de la “excelencia” para el ingreso, permanencia y promoción que las autoridades de la FCEN pregonan con el sistema de concursos, ya que los antecedentes académicos y docentes de los postulantes son despreciados. Y aunque son presentados como un “beneficio para los jóvenes” dado que los docentes-investigadores con más experiencia o que vienen ejerciendo un cargo son los más perjudicados con estos criterios, es un sistema que en pocos años se trueca contra esos mismos jóvenes, sin generar ninguna otra salida.

Estos criterios no se discuten abiertamente, sino que vienen siendo aplicados en forma creciente por los jurados elegidos por el Consejo Directivo. Por eso, un paso fundamental es avanzar en la democratización del sistema de concursos, logrando que estos y otros criterios sean discutidos abiertamente, y que los docentes auxiliares tengamos una injerencia más directa en cómo se definen los criterios de evaluación y en definitiva en los propios concursos.

Los interinos, el eslabón más débil


En el caso de los docentes interinos la situación se complica un poco más. Además de tener que arrancar de cero cada vez que concursamos, quienes tenemos cargos interinos nos vemos obligados a tener que concursar, en la gran mayoría de los casos, todos los años. Es que el reglamento actual determina que el período de designación de un cargo interino finaliza al entrar en vigencia un nuevo orden de méritos de un concurso regular de igual categoría, dedicación y área o al reincorporarse el titular del cargo regular. De esta forma, los docentes interinos tenemos un régimen aún más precario e inestable, teniendo que concursar año a año para tratar de mantener nuestro cargo y ascender. Por todo esto, en el Consejo Directivo venimos impulsando desde la Minoría de Graduados y la AGD-FCEN un proyecto para que el período de designación de los docentes interinos pueda ser de hasta 3 años en el caso de  JTP y Ay1º.

Sobre llovido, mojado.
En la actualidad, con el proyecto de interinos presentado en Comisión del Consejo Directivo y esperando su discusión, la respuesta de las autoridades de la FCEN parece ser en el sentido contrario: en algunos Departamentos comenzaron a aparecer designaciones de cargos interinos por no más de 6 meses. El Director del DC llegó a argumentar que ésta es la nueva política de las autoridades de la FCEN.
La cantidad de docentes interinos ha ido creciendo en los últimos años. Con esto, también ha crecido la situación de precariedad e inestabilidad, el retraso en las designaciones y ahora se le suman los cargos de hasta 6 meses. Por eso, es fundamental que los docentes-investigadores avancemos en la igualdad de derechos entre docentes interinos y regulares, tendiendo también a reducir el número de interinos en la FCEN.

Reunión abierta por la situación de los interinos

El viernes 5/7 se realizó en el Pabellón I una reunión abierta convocada por la AGD para discutir esta problemática. En esta reunión muchos docentes-investigadores, principalmente del DC, pudimos abordar las diversas complicaciones que atravesamos con el actual sistema de concursos y el reglamento de docentes auxiliares de la FCEN. Se discutió la situación de quienes tenemos cargos interinos y nos vemos obligados a tener que concursar todos los años producto de los órdenes de mérito que no duran más de 1 año en el caso de JTP y Ay1º, casos de designaciones interinas cuando deberían ser regulares, a la vez que aparecieron más casos de designaciones interinas por no más de 6 meses. En el mismo sentido abordamos también la situación cada vez más común de docentes interinos que por diversas cuestiones comienzan a trabajar antes de que se haya formalizado su nombramiento producto del retraso de hasta 3 meses en que efectivamente son nombrados, por lo que no tienen ningún tipo de cobertura durante ese período ni terminan cobrando en forma retroactiva a la fecha en la que comenzaron sus tareas. Finalmente, con todos estos temas sobre la mesa, también discutimos diversas propuestas y proyectos para abordar estas cuestiones en cada uno de los CoDeps y en el Consejo Directivo.
Esta primera reunión es un buen punto de partida para empezar a discutir entre todos los docentes los diversos aspectos del actual sistema de concursos y las posibles modificaciones que nos permitan avanzar contra la creciente situación de precariedad e inestabilidad en la que nos encontramos los docentes-investigadores interinos y por la igualdad de derechos entre interinos y regulares. Es fundamental que podamos reproducir estas reuniones en los diversos Departamentos de la FCEN.

Algunos casos recientes de aplicación de estos criterios


JTP simple Fisica 2011
Un concurso particularmente claro fue el concurso de JTP simple de Física del 2011. Los criterios utilizados por el jurado de este concurso en umbrales de saturación y puntajes asignados a cada ítem igualaron a la amplia mayoría de los postulantes en antecedentes científicos y docentes, resultando en la práctica que esos ítems tengan poco o nulo impacto en el orden de méritos. En antecedentes científicos, de 24 postulantes, 19 tuvieron el máximo puntaje igualando a postulantes con 4 o 5 publicaciones con postulantes con 59 y 42 publicaciones. En antecedentes docentes, que deberían tener un peso preponderante en un cargo de JTP dedicación simple, 19 de los 24 postulantes obtuvieron entre 18 y 22 puntos, igualando por ejemplo 9 cuatrimestres de ayudante de segunda a 6 cuatrimestres como JTP. De hecho postulantes que nunca ejercieron como JTP estuvieron en esta situación, superando incluso a postulantes con más de 10 años de antigüedad en esa categoría.

Pero aún mas grave fue que el jurado descontó puntos en antecedentes docentes utilizando como elemento de juicio las ausencias de un postulante a clase durante jornadas de paro. Esto vulnera el derecho constitucional a huelga de todos los docentes, agravado por que el aspirante, Pablo Mauas, era en ese momento Secretario General de la AGD-FCEyN.

Pese a todo, la mayoría de los profesores de ADU y graduados de Sumatoria votaron que se aprobara el concurso. Así, no sólo se vulneró un derecho constitucional de todo docente. También se demostró que hay un doble discurso en la “excelencia académica” que las autoridades tanto pregonan.

En el concurso de JTP Simple de Física del 2012, se dio una situación similar en cuanto a los criterios: en este caso, utilizaron el criterio de la ventana, tomando en cuenta sólo los últimos 5 años. Así, postulantes que fueron docentes varios años, pero no lo habían sido en el último tiempo, obtenían muy pocos puntos de antecedentes. Nuevamente, los profesores de ADU y graduados de Sumatoria aprobaron el concurso, fortaleciendo la aplicación de este tipo de criterios.

JTP exclusiva BBE 2011
Simultáneamente en el departamento de biodiversidad (DBBE) se desataron conflictos con los concursos de JTP tanto en el área vegetal como animal. En ambos, docentes con más de veinte años de antigüedad se quedaron sin cargo encontrándose próximos a jubilarse. Concursos donde, por ejemplo, no se consideró aspirantes que se encontraban de viaje, o que habían sufrido enfermedades graves de tratamiento prolongado en el último tiempo.

Nuevamente, la mayoría de los profesores de ADU y graduados de Sumatoria, votaron que se aprobara el concurso. Sin embargo, se logró que el decano resolviera con cargos interinos las situaciones personales de los docentes que perdían su cargo estando próximos a jubilarse, o que habían tenido enfermedades graves. A partir de este caso, desde la minoría de graduados propusimos el proyecto para garantizar el derecho de prórroga en el cargo de docentes auxiliares por enfermedades de largo tratamiento, que finalmente se aprobó en el 2012. [Res. CD. Nº 2521/12 - ver nota “En el Consejo Directivo”].

Ay de Primera exclusiva y simple EGE 2012
Otro caso particular fue el concurso de Ayudante de Primera Exclusiva y Simple del Departamento EGE, un concurso con serias irregularidades, donde dos docentes con mucha experiencia perdían su cargo. El cuestionamiento principal que se realizó fue que las calificaciones de la prueba de oposición no estuvieron a disposición de las veedoras hasta el último día, pese a que los jurados admitieron haber enviado estas notas entre ellos. Esto representa un defecto de forma insalvable en el concurso, ya que en el artículo 14 del reglamento establece que los "veedores podrán asistir a todas las deliberaciones del Jurado, excepto aquellas en que se establezcan los temas para las pruebas de oposición". En este caso, las veedoras no tuvieron acceso a información que determinó una parte muy importante del puntaje de los postulantes, y no fueron incluidas en los mails que se enviaron los jurados.

Otro cuestionamiento fue la manera en que fue evaluada la prueba de oposición. Cada miembro del jurado utilizó criterios de evaluación, escalas y rangos diferentes para calificar la prueba de oposición, y el puntaje final se obtuvo promediando las notas de los tres jurados. Incluso uno de los jurados ordenó de manera relativa las pruebas. Además, los puntajes de antecedentes de algunos postulantes no coincidían con los criterios explicitados por el jurado en la ampliación de dictamen. La asignación incorrecta de estos puntajes modificaba el orden de méritos, en algunos casos en hasta 4 puestos, de lo que dependía si los docentes serían nombrados o no.

Este concurso estuvo en tratamiento en la comisión de concursos por más de seis meses. Desde la minoría de graduados, impulsamos que el Consejo Directivo anule el concurso. De no hacerlo, no sólo iban a quedar sin cargo docentes auxiliares con mucha experiencia y se iban a dejar pasar irregularidades graves en el dictamen y la ampliación, sino que también se iba a sentar un precedente muy negativo sobre la importancia de los veedores en los concursos. Creemos firmemente que, por el contrario, el trabajo de los veedores en los concursos debe ser jerarquizado y defendido, como una figura indispensable a la hora de garantizar la transparencia. La figura del veedor es la única participación directa que tenemos los docentes auxiliares en los concursos que definen nuestro ingreso y permanencia como docentes.

Finalmente, luego de muchos meses de debate, se logró que el concurso se anulara en el Consejo Directivo. Esta fue una gran victoria, que requirió un gran esfuerzo de los docentes afectados y las veedoras del concurso, que participaron durante meses de muchas comisiones de concurso. Su esfuerzo fue fundamental para defender un derecho de todos los docentes auxiliares: que los veedores existan y sean respetados.

  
Notas:
[*1] En el 2011 desde la Minoría de Graduados se presentó un proyecto en el Consejo Directivo para que los docentes auxiliares pudiéramos contar con indemnización como cuentan los profesores. En ese momento, logramos que la FCEN aprobara solicitarle al Consejo Superior de la UBA que otorgue este derecho también a los docentes auxiliares [Res. CD. Nº 2092/11], aunque las autoridades se negaron a modificar el reglamento de docentes auxiliares de la FCEN que hubiera permitido acceder a este derecho inmediatamente a todos los docentes de la Facultad. De todas formas, haber logrado una resolución en ese sentido en el Consejo Directivo, ha ayudado en la justicia a los docentes auxiliares que le pelean la indemnización a la UBA.